La gente fuerte tiene la habilidad de conseguir lo que quiere. Poseen una fuerza interior que los motiva y les permite alcanzar sus objetivos. Su influencia es amplia y dejan huella en los demás. Todos desearíamos ser esa clase de personas, aquellas que no se detienen ante nada y debido a su esfuerzo constante pueden ver en el transcurso del tiempo sus sueños hechos realidad.
La fórmula para aumentar nuestro poder interior es sencilla. En primer lugar debemos permitir a Dios que imparta en nosotros esa cuota de fuerza diaria que el promete a todos los que han entregado su vida a él. San pablo afirma que así como nuestro cuerpo terrenal va sufriendo el desgaste del tiempo, y esta es una ley universal, así también los hijos de Dios son renovados en su interior por el poder del Espíritu Santo. Esta provisión está al alcance de todo hombre o mujer que ha nacido de Dios. Muchas personas no pueden entender como un alcohólico puede dejar ese vicio luego de entregar su vida a Dios. O como una persona puede realmente cambiar de vida con el simple hecho de comenzar a ir a la iglesia. El cambio en realidad no se realiza porque una persona asista a un templo o concurra a la iglesia el verdadero cambio se produce cuando aprendemos a conectarnos con Dios y extraemos de su plenitud todo el potencial necesario para hacer frente a cualquier situación o adversidad. Nuestras fuerzas terrenales tienen un límite pero con las fuerzas de Dios actuando en nuestro interior podemos lograr lo imposible. Toma tiempo con tú creador para extraer de él esa cuota diaria de fortaleza poder y sabiduría que necesitas diariamente para enfrentar tus imposibles.
En segundo lugar debes proteger ese caudal de poder que el padre ha colocado en tu ser interior.
Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
Este aspecto parece estar un poco descuidado en muchos de nosotros. Algunos buenos cristianos tienen la buena costumbre de dedicar tiempo con el creador a fin de recibir de este la provisión diaria de fortaleza pero luego, en su andar diario solo viven vidas mediocres y carentes de poder espiritual. Tal vez se deba al descuido de este aspecto que hemos mencionado. Buscan a Dios, pero dan lugar al pecado, a la mentira, a la hipocresía, amargura, vanidad, deseos de los ojos y no caen en la cuenta que se han transformado como bien dice el profeta Jeremías, en cisternas rotas que no pueden contener el agua. Son vasijas rajadas, en las que ningún contenido puede permanecer por mucho tiempo. Arregla esas fisuras en tu vida que no te permiten permanecer revestido del poder de Dios a fin de vivir una vida abundante y victoriosa, elimina todos los escapes de energía y poder espiritual que afectan tu progreso de cambio y plenitud en tu vida, de esta manera aumentaras sin lugar a dudas tu poder interior.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4.13) Un ejecutivo con gran responsabilidad se encontraba en una interminable sucesión de problemas. Estaba agotado de solucionar un inconveniente tras otro. De pronto surge otro problema realmente serio. Levanto el teléfono y llamo a uno de los directores, un hombre de negocios de gran renombre. Cuando este hombre respondió a la llamada, el ejecutivo le dijo “tengo un problema”, para su sorpresa la respuesta le llego en un tono alegre diciendo “ ¡Felicitaciones! ” “Pero, ¿usted no entiende?” le dijo el ejecutivo un poco aturdido…” ¡ Este es un problema muy duro! ” La respuesta volvió inmediatamente en la misma voz alegre del principio…”Bueno, entonces ¡doble felicitaciones! Después de esta respuesta explico “querido amigo, he descubierto a través de los años de experiencia, que Dios solo le da problemas “grandes” a gente “grande”. El confía la solución de los problemas difíciles a aquellas personas que Él cree que s...

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