Enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28.20)
Nuestro pasado puede estar
teñido de desilusión y desesperanza. Es probable que hayamos transitado por
valles de sombra de muerte como enseña el salmo 23.4, sin embargo la promesa de
este salmo como la del versículo de hoy y como tantas otras citas de las
escrituras, es que el Señor estará con nosotros en todo el proceso. Nuestro
corazón debe llenarse de ánimo y esperanza a través de estas palabras. El
futuro puede que esté lleno de incertidumbres y seguramente tendremos que
enfrentar situaciones difíciles, pero todo ello es parte del proceso de
maduración y preparación a cosas mayores. Estas siendo moldeado y probado por
fuego, tomando a través de cada prueba que llega a tu vida, la forma el tamaño
y las características que la mano alfarera de Dios te está dando. Una nueva
temporada viene a tu vida. Necesitas tomarte fuerte de la mano de Jesús y
recorrer el camino que tienes por delante. Lo necesitas más que cualquier otra
cosa o persona, para poder atravesar con gozo, triunfo y seguridad las
tormentas de la vida. Invítalo a entrar a tu vida, a caminar a tu lado. El
impartirá las fuerzas y el dinamismo necesario para avanzar por el camino de la
vida con éxito, seguridad y entereza. Él es tu fuente inagotable de poder y gozo,
tu refugio, la roca de tu salvación. Quienes han aprendido a caminar día a día
tomados de su mano, conocen el secreto de la perseverancia.
Oremos así. Querido padre
celestial, quiero tomarme de tu mano y recorrer el camino que tengo por
delante. Te invito que entres a mi vida y gobiernes todas mis cosas. Te entrego
mi corazón y te invito a caminar a mi lado. Quiero atravesar con gozo,
fortaleza y sabiduría los embates de la vida. Declaro que contigo soy más que
vencedor, en el nombre de Jesús amen

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